Los yerbateros levantaron las protestas pero siguen con el paro de cosecha
Después de varios días de protesta, los productores yerbateros levantaron los cortes de ruta que realizaban en varios puntos de la provincia en reclamo por el bajo precio que reciben por la hoja verde y el regreso de las funciones del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), que se encuentra acéfalo desde que Javier Milei llegó a la Casa Rosada.
Los yerbateros firmaron un acta junto al ministro del Agro, Facundo López Sartori, quien se comprometió a continuar trabajando para lograr elevar el precio de la hoja verde a 450 pesos por kilo y así pusieron fin a los cortes de ruta que se extendían desde hace semanas.
El acuerdo alcanzado también avanzó en la inclusión de productores como miembros de la Mesa Permanente Asesora de Yerba Mate a cambio de cesar las medidas de fuerza, aunque decidieron continuar con el paro de cosecha hasta cerciorarse de recibir dicho monto por la materia prima, por parte de secaderos y molinos.
El documento, que fue firmado por los productores y las autoridades presentes, sostiene que: “El señor ministro asume el compromiso realizar todas las acciones pertinentes para lograr un precio justo sugerido del kilo de hoja verde junto a los productores presentes en 450 pesos”.
Pese al aparente acuerdo con las autoridades de la cartera agraria provincial, los productores yerbateros expresaron la voluntad de dar continuidad al paro de cosecha de verano, también conocida como zafrinha, hasta tanto no se cumpla el precio sugerido.
El conflicto se originó por la drástica caída en el precio de la hoja verde, ocasionado por la desregulación que implementó el gobierno de Milei. “A fines de marzo y principios de abril, nos pagaban 240 por kilo, pero hoy ese precio se redujo a 70 pesos. Esto significa que prácticamente nos robaron 170 por kilo”, denunció el productor de la localidad de San Vicente Ángel Ozeñuk, uno de los referentes de las negociaciones con el Gobierno.
Ozeñuk señaló que los costos asociados como la cosecha de la hoja verde y el flete, oscilan entre 110 y 140 pesos por kilo, dependiendo de la distancia. “Cuando la yerba llega al secadero, el precio de la hoja verde ronda entre 150 y 200, pero el productor está asumiendo todas las pérdidas. Antes, nos pagaban de contado, pero ahora los pagos son con cheques a 30, 60, 90 y hasta 120 días”, agregó.
De cualquier manera no hay consenso total entre los productores respecto al precio que deberían pedir por la hoja verde. Eso quedó reflejado en una reunión que los productores aglutinados en la llamada Mesa Asesora, mantuvieron con los directores del INYM que representan a la producción, el director “a cargo” del organismo todavía acéfalo y el representante por Misiones, en lo que marcó el regreso de referentes yerbateros a dialogar al organismo después de varios meses.
Uno de los primeros puntos que acordaron fue que todos desautorizaron el precio de 450 pesos por kilo de hoja verde, que surgió tras la reunión entre los productores que protestaban y cortaban la Ruta 14 en San Pedro y el ministro del Agro, que se comprometió a pelear y gestionar por ese valor, sin que haya ninguna negociación o parte del “otro lado” dispuesta a discutir ese precio.
“Todos coincidimos en que no hay que hablar de precios, porque la discusión se torna irreal y luego vienen las decepciones”, dijo Sergio Dellapierre, quien ofició como vocero de la Mesa Asesora tras el encuentro.
En ese sentido, entre los representantes del INYM y la Mesa Asesora acordaron trabajar en la grilla de costos, más que en los precios. Este sector plantea un piso de 390 pesos para el kilo.
Este desentendimiento refleja la encrucijada en la que se encuentran los productores. Al ala moderada le preocupa que pelear por 450 pesos puede ocasionar que las industrias compren yerba de Brasil y Paraguay, que cada vez es más barata en la medida que el peso se fortalece. Esto parece una escenario bastante probable, aunque no deja de ser razonable el reclamo de los productores, que sufrieron fuertes aumentos en los costos de producción.
Los productores y la provincia llevaron los reclamos a la Nación pero no obtuvieron más que el compromiso de analizar la problemática. La cuestión yerbatera no parece estar en el orden de prioridades. De esta manera, el sector termina un año difícil sumido en la incertidumbre.