El conflicto tomó mayor visibilidad el 26 de agosto, cuando varias trabajadoras del mercado formalizaron una denuncia en la Fiscalía de Instrucción Dos de Posadas, señalando una serie de abusos y amenazas que, según ellas, han soportado durante años. Las denunciantes afirmaron que, en la noche del 18 al 19 de agosto, fueron obligadas a permanecer en el mercado bajo amenazas de violencia y daños a sus puestos, mientras un grupo protestaba por la detención de Silveira.

A pesar de que Silveira goza ahora del beneficio de prisión domiciliaria, las trabajadoras insisten en que se garantice su seguridad dentro del mercado, aludiendo a un ambiente hostil generado por un grupo de estibadores que, dicen, actúan en beneficio del detenido. Las mujeres manifestaron que estas personas ejercen control sobre las operaciones comerciales del lugar, impidiendo a los clientes comprar en otros puestos y presionando a quienes se oponen a sus métodos.

Este ambiente de intimidación ha llevado a las trabajadoras a tomar precauciones para protegerse, incluso limitando sus movimientos dentro del espacio y apelando a una vigilancia constante de sus propios puestos. Temen que, con la salida de Silveira bajo arresto domiciliario, el conflicto se agrave y algunas sostienen que, pese al riesgo, es necesario exponer públicamente lo que ocurre para recibir protección y poner fin a una situación que, aseguran, lleva años enraizada en el mercado.

Las trabajadoras, además, pidieron la intervención de las autoridades locales, en espera de que se tomen medidas efectivas que puedan devolverles la seguridad en su lugar de trabajo, al tiempo que se investiga en profundidad la situación para evitar nuevas represalias.