El principal inconveniente es la falta de transporte público hacia la nueva sede, sumado a las empinadas calles que la rodean, lo que complica especialmente a las personas mayores con problemas de salud. Además, el traslado no solo ha afectado el acceso, sino también la atención en sí misma, ya que la falta de conectividad impide el funcionamiento casi en su totalidad de la entidad.

De acuerdo a los empleados del lugar, las oficinas carecen de conexión a internet, lo que ha provocado que muchos trámites no puedan realizarse. De acuerdo al trabajador, se está trabajando en solucionar la situación, no obstante, dos empresas que brindan servicios de internet visitaron el lugar, para luego indicar que por la zona en la que están es imposible.

Mientras tanto, los afiliados se ven obligados a utilizar taxis o remises, generando un gasto extra que no tenían contemplado. Se les recomienda no regresar hasta la semana siguiente, ya que no se puede garantizar la disponibilidad del sistema. Consultados sobre si el traslado es definitivo, los empleados señalaron que no tienen autorización para brindar información y que cualquier consulta debe dirigirse a la central en Posadas.