Perfiles Urbanos
La historia de Javier Castro

El Taekwondo como herramienta de vida y superación

En el estudio de danza donde arrancaron.
El Sabón junto a sus hijos.
El Sabón junto a su familia.
La Sabón Natalia con su esposo, Sabon Javier, y el Sabon Germán Vogler.
Con el tiempo, la escuela ha crecido y sus objetivos también. El instructor recuerda que comenzó con solo nueve alumnos y hoy cuenta con una matrícula que oscila entre 60 y 70.

Javier Castro, instructor de taekwondo, comparte cómo esta disciplina ha transformado su vida. Junto con su familia, llevan adelante la escuela INNAE, donde no solo se forman deportistas, sino también ciudadanos con valores.

El taekwondo, más allá de ser un arte marcial, se ha convertido en una herramienta clave para la formación de ciudadanos, una forma de vida que une familias y brinda valores esenciales a quienes lo practican. Así lo describe el instructor Javier Castro, que comenzó su camino en este deporte a los 40 años, motivado por su hijo Tobías, cuando tenía 5 años. “Él me insistió: ‘papá, quiero hacer taekwondo con vos’. Así fue como me inicié. Hoy, mi esposa Natalia también es instructora y nuestros tres hijos practican esta disciplina”.

El relato de este apasionado por el taekwondo refleja el poder de este deporte para unir a las familias. “Natalia fue mi alumna y ahora ambos somos instructores. Nuestros hijos también practican. Tobías, que hoy tiene 13 años, está en la categoría de cinturón rojo punta negra y se prepara para su examen de primer Dan a finales de 2024.Tyanna, de 10 años, es cinturón azul, y la más chiquita, Josselyn, de siete, es verde punta azul”, cuenta orgulloso.

El inicio de una escuela con valores

La Escuela INNAE, nombre que significa "perseverancia" en coreano, es un reflejo de los principios que se enseñan en el taekwondo: Cortesía, Integridad, Perseverancia, Autocontrol y Espíritu Indomable. Actualmente están enseñando en el Salón de Usos Múltiples del barrio Mini City y el de la Chacra 233 de Posadas. “Comenzamos en el estudio de danza de Yesica Buera que nos abrió las puertas, con nueve alumnos, y ahora tenemos entre 60 y 70”, relata el Sabon (instructor), quien lleva cinco años enseñando. Además, destaca cómo estos valores no solo se aplican en el Do-Jang (lugar de práctica), sino que los alumnos los llevan a sus vidas diarias: “Una mamá nos contó que a su hijo lo molestaban en la escuela, y él aplicó el autocontrol. Estamos hablando de un niño de cinco años”.

El instructor explica que ser cinturón negro implica una responsabilidad y un compromiso con la enseñanza. “Para enseñar, uno debe rendir para primer Dan. Dependiendo de la edad, algunos pueden iniciarse como cinturón rojo punta negra, bajo la tutela de un instructor principal”. La perseverancia, eje fundamental en la escuela, es inculcada tanto a los alumnos como a sus familias. “A veces los padres no traen a los chicos porque hace frío o porque prefieren quedarse viendo una película, pero nosotros les enseñamos que la perseverancia es clave en todo lo que uno hace en la vida”.

Además de la parte deportiva, el taekwondo cumple una función social importante, especialmente en barrios con muchas carencias. “Trabajamos con niños que no tienen objetivos claros en la vida, y a través del taekwondo les ayudamos a encontrarlos. No solo somos instructores, sino que también nos convertimos en referentes para ellos. Les damos consejos desde el corazón porque queremos que les vaya bien”, comparte.

El taekwondo también es una válvula de escape para adultos que buscan canalizar sus frustraciones. “En este contexto económico tan complicado, nos hemos dado cuenta de que los adultos se suman porque necesitan liberar tensiones. En lugar de descargar con sus seres queridos, vienen y golpean el escudo de potencia. Es una manera de desestresarse”, señala.

El estrés, tanto en adultos como en niños, es otro tema que el Sabon aborda en sus clases. “El estrés en su justa medida es útil porque te motiva a superarte, pero en exceso es dañino. Los niños también lo experimentan, y nosotros les enseñamos a canalizarlo de manera saludable. Muchos chicos llegan con baja autoestima, y a través de los exámenes de cinturón y las competencias van ganando confianza en sí mismos”.

Un proyecto que crece con nuevos objetivos

Con el tiempo, la escuela ha crecido y sus objetivos también. El instructor recuerda que comenzó con solo nueve alumnos y hoy cuenta con una matrícula que oscila entre 60 y 70. “Uno de nuestros primeros objetivos era simplemente tener alumnos, y lo logramos. Después, buscamos que rindieran exámenes para avanzar de cinturón, y también lo hemos conseguido”, señala.

Ahora, el próximo reto es más ambicioso: llevar a los alumnos a torneos internacionales. “Nuestro objetivo actual es participar en un sudamericano o un mundial. Ya tenemos algunos chicos que se perfilan para ello, pero sabemos que la competencia es alta y tenemos que seguir trabajando duro”, dice.

Además, la escuela INNAE no solo se enfoca en formar deportistas, sino también profesionales. “Cuando un alumno rinde para primer Dan, obtiene un título internacional que le permite enseñar taekwondo en más de 150 países. Esto abre puertas laborales. A diferencia de otras profesiones que requieren revalidar títulos en otros países, el taekwondo es una fuente de trabajo global”.

Taekwondo como vocación

A pesar de haber trabajado en diferentes empleos, como en el sector de transporte y comercio, el instructor Javier encontró en el taekwondo su verdadera vocación. “No pensé que esto me atraparía tanto. Hoy siento que es mi pasión, y lo mejor es que puedo compartirla con mi familia. Cuando uno hace lo que ama, lo transmite a los demás”, reflexiona.

Finalmente, el crecimiento de la escuela no se detiene. El instructor cuenta emocionado que se están expandiendo a la localidad de Corpus, donde, con el apoyo del intendente y el Sabon Germán Vogler, abrirán una nueva sede. “Arrancamos en el SUM municipal, nuestro equipo sigue creciendo, y eso nos llena de orgullo”.

Así, el taekwondo ha pasado de ser un deporte a una forma de vida para esta familia y sus alumnos, sembrando principios que trascienden el ámbito deportivo. Desde el autocontrol hasta la perseverancia, el taekwondo ofrece herramientas para enfrentar los desafíos de la vida y construir un futuro mejor para quienes lo practican.

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