En su carta de renuncia, Kiczka afirmó que su dimisión se debe a la necesidad de abocarse por completo a su defensa en la causa penal que enfrenta. "En este contexto, lo más prudente es apartarme de mi función pública, renunciando a los fueros y a la investidura que el cargo conlleva, con el fin de enfrentar el proceso judicial en igualdad de condiciones y demostrar mi inocencia", escribió el legislador. La renuncia, que fue formalizada este lunes, deberá ser tratada en la próxima sesión de la Cámara, programada para la semana del 19 de agosto.

Paralelamente, Alejandra Fassa, esposa del diputado, se expresó con vehemencia en las redes sociales, denunciando lo que considera una persecución política y defendiendo la inocencia de su marido.

"Germán no está acusado de absolutamente nada", aseguró Fassa, al tiempo que criticó el accionar de las autoridades durante el allanamiento y la cobertura mediática del caso. "Pésimo accionar por parte de la Policía enviando las fotos de nuestra vivienda, mostrando el interior de la casa… tergiversando la información", expresó indignada.

Fassa también arremetió contra el juez Miguel Ángel Faría, quien ordenó el allanamiento, acusándolo de buscar protagonismo en los medios. "El juez Faría salió a hablar como una vedette en la radio", manifestó en sus declaraciones. Además, la esposa del diputado calificó la situación como parte de una campaña de persecución por parte del gobierno provincial: "Estamos ante un sistema mediocre llamado renovación y no se cansan de perseguir y dañar a personas que simplemente no comparten las mismas ideologías políticas", denunció.

A medida que la investigación continúa, el foco permanece sobre la renuncia de Kiczka y las fuertes declaraciones de su esposa, mientras el legislador y su familia insisten en su inocencia y denuncian lo que consideran un ataque político en su contra.