Desde principios de año, la UNaM opera con una prórroga del presupuesto aprobado en septiembre de 2022, destinado para el funcionamiento de la universidad en 2023. Este presupuesto se compone en un 90 por ciento de salarios y en un 10 por ciento de gastos de funcionamiento. Ante la creciente inflación, en febrero se solicitó un aumento del 270 por ciento para los gastos de funcionamiento, cuya primera cuota fue transferida en junio y la segunda en julio. A pesar de esto, el incremento sigue siendo insuficiente frente a la inflación actual.

El poder adquisitivo de los salarios ha tenido una pérdida del 45 por ciento en lo que va del año, y el aumento del 17 por ciento en cuotas diferenciadas no ha sido suficiente para compensar esta pérdida. La gestión de la Unam ha priorizado los gastos y reducido costos en seguridad, agua y uso de aires acondicionados. También han pospuesto reparaciones necesarias y reducido los recursos asignados para becas de comedor debido a la falta de fondos.

En este contexto, la universidad ha recibido un subsidio provincial de tres cuotas de 35 millones de pesos, lo cual ha sido fundamental para pagar las tarifas de luz y servicios esenciales para su funcionamiento. La rectora de la Unam valoró este aporte como un gran compromiso con la educación superior.

Además, se anticipa una reunión del Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y un plenario de rectoras y rectores del sistema universitario nacional a fines de agosto en La Pampa, donde se debatirán y trabajarán estas cuestiones en conjunto con referentes gremiales, docentes y no docentes.