Este problema, que se arrastra desde hace cinco años, impide que la región despliegue todo su potencial turístico y económico, generando pérdidas millonarias para la provincia y la comunidad local.

Estas impresionantes cataratas, que se extienden por más de tres kilómetros con alturas que varían entre 5 y 10 metros, dependen del caudal del río Uruguay, el cual es controlado por la represa Foz de Chapecó, situada a unos 80 kilómetros aguas arriba, en la frontera entre Argentina y Brasil.

La apertura de las compuertas de la central hidroeléctrica afecta la altura y visibilidad de los Saltos del Moconá, llegando incluso a cubrirlos completamente, lo que perjudica gravemente la actividad turística en la zona.

En 2018, los gobernadores de Misiones y Río Grande Del Sur acordaron con la Central Hidroeléctrica de Foz do Chapecó ajustar el caudal del río para preservar las cataratas, comprometiéndose a mantener un flujo de hasta 1.000 metros cúbicos desde las 00:00 horas del viernes hasta las 00:00 horas del domingo.

Sin embargo, parece que la hidroeléctrica no está cumpliendo con lo pactado, lo que provoca fluctuaciones en el nivel del río Uruguay y afecta la visibilidad de los saltos.

Las consecuencias económicas de esta situación son devastadoras para la región. Desde la Dirección de Turismo local detallaron que en una temporada turística, los Saltos del Moconá generan un movimiento económico de más de 100 millones de pesos.

En 2023, debido a la irregularidad en el control del caudal del río, solo se pudo trabajar durante la temporada de verano, lo que resultó en pérdidas estimadas entre 100 y 150 millones de pesos por temporada.

La falta de previsibilidad impide a los operadores turísticos planificar adecuadamente sus actividades. La visibilidad de los saltos se confirma recién los jueves, lo que convierte al destino en una atracción de fin de semana y limita las oportunidades para trabajar durante toda la temporada. Esto no solo afecta a los ingresos directos del turismo, sino también al empleo local y al transporte de embarcaciones por el río.

La situación es crítica. Durante esta primera semana de vacaciones de invierno, las reservas son bajas debido a la falta de visibilidad de los saltos. A pesar de los esfuerzos por diversificar la oferta turística con tours por el casco urbano y actividades en la naturaleza, la inestabilidad en la regulación hídrica sigue siendo un obstáculo significativo para el desarrollo turístico de la región.

Si no se encuentra una solución, las pérdidas económicas seguirán acumulándose, afectando no solo a la economía local, sino también al atractivo turístico de Misiones.

La comunidad de El Soberbio y sus alrededores espera que la próxima semana, los Saltos del Moconá vuelvan a ser visibles y que las autoridades logren un acuerdo sostenible con la hidroeléctrica para preservar esta maravilla natural y su potencial económico.